En las áreas remotas de Australia –el interior o Outback– gran parte de la población es aborigen; habitan cerca de su tierra tradicional, con diversos grados de conexión con sus tradiciones. Sus vidas fueron brutalmente afectadas por la expansión de la agricultura de los colonizadores. En años recientes la minería también se ha extendido a esos territorios y la mayoría de las empresas mineras reconoce que se requiere una licencia social para operar en las tierras aborígenes, por lo que éstas buscan educar al nuevo personal minero acerca del patrimonio de sus pobladores.